Cookie Consent by Free Privacy Policy Generator Vías férreas extremeñas

Museo del Ferrocarril de Madrid

Vías férreas extremeñas


01/04/2014

Vías férreas extremeñas

Trujillo (Cáceres): Imp. De L. Moreno, á cargo de J. Rubio Terrones, 1861 — 4 p; 29 cm

BF-MFM (Biblioteca Ferroviaria. Museo del Ferrocarril de Madrid)

Signatura [IIIF 3098]


El día que la provincia de Cáceres se vea surcada por dos vías férreas en el sentido de los cuatro puntos cardinales, habrá llegado al apogeo de su felicidad.

Este texto se incluye en este pasquín sobre la necesidad del ferrocarril en Extremadura. Se trata de un díptico de dos hojas y cuatro páginas con el escueto título de Vías férreas extremeñas, editado en Trujillo (Cáceres) en 1861 con una clara función propagandista.

Desde los comienzos del ferrocarril la decisión sobre el trazado de las nuevas líneas ferroviarias fue un tema de discusión muy intenso en los territorios que se podían ver afectados y beneficiados por el paso de la línea. En torno a ello se generaban debates continuos en la prensa local tomando postura por una u otra opción de trazado. Y a su vez, también se divulgaron manifiestos o comunicados públicos de autoridades locales y vecinos.

Con este documento nos situamos en el debate público que suscitó la llegada del ferrocarril a Extremadura. Según lo aprobado en una ley de 1856 por las Cortes, la nueva línea desde Madrid debía pasar por Talavera, Navalmoral, Trujillo y Cáceres, atravesando de Este a Oeste la provincia cacereña. Pero en el verano de 1861 el periódico El Eco de Extremadura, la Diputación de Badajoz y los intereses comerciales de las ciudades de Béjar y Plasencia cuestionaron aquel proyecto, y apostaron por una línea de Norte a Sur de Extremadura para conectar con los puertos andaluces.

Con fecha de 13 de julio de 1861 aparecía este pronunciamiento colectivo desde la ciudad de Trujillo, en el cual no se oponía un trazado a otro, si no que ofrecía una solución donde ambas líneas serían construidas. Ambas, en vez de presentar antagonismos se armonizan; en vez de destruirse se ausilian [sic] recíprocamente, dice el texto. La propuesta trujillana era que la línea de Madrid a Cáceres se construyera según estaba legislado, con las subvenciones previsibles; y que el otro trazado Norte-Mediodía fuera financiado por las aportaciones de los entes locales. El texto, escrito en castellano aún no normalizado, está secundado por más de doscientas firmas, que encabeza la de Joaquín Elias, El Marqués de la Conquista.

Finalmente el ferrocarril se construyó siguiendo el trazado de Norte a Sur por Talavera, Navalmoral, Plasencia y Cáceres en la década de 1880. Las vías férreas cruzaron por los cuatro puntos cardinales la región ya en 1890. Pero el ferrocarril nunca llegó a Trujillo.