Cookie Consent by Free Privacy Policy Generator Escultura de Julio Calleja Albarrán

Museo del Ferrocarril de Madrid

Escultura de Julio Calleja Albarrán


01/01/2018

Escultura de bulto redondo

Material: Escayola (altura 52 cm)

Autor: Julio Calleja Albarrán (Zamora 1903-Madrid 1980)

Año: ca. década de 1960

Pieza IG: 00303

Museo del Ferrocarril de Madrid


En 1967 abrió al público el antiguo Museo del Ferrocarril en la madrileña calle de San Cosme y San Damián. Junto su sala principal tuvo su estudio, a principios de la década de los setenta, el escultor y ferroviario jubilado, Julio Calleja Albarrán. De hecho, gran parte de las esculturas que allí se exponían y que luego pasaron a formar parte de la colección del ahora Museo en Delicias, brotaron de las manos de este artista.

Escultor de figuras populares como pescadores, lavanderas, marineros o madres, una maravillosa galería humana que nació principalmente desde la arcilla y la escayola. Artista con estilo realista y estética en consonancia con los presupuestos estéticos decimonónicos, a cuyos dictados siguió fiel a lo largo de su dilatada obra. Su perfil ferroviario le llevó a tomar como protagonistas a diversos personajes del ferrocarril, obreros, maquinistas, mozos de equipajes, jefes de estación o guardagujas. Figuras corpulentas que revelan su impronta de moldeado rápido, con resaltes marcados y volumen en sus formas, propios de una técnica personal muy dominada.

Desconocemos el título de la obra que presentamos, pero bien podríamos denominarla “Obrero de Vía y Obras”. Personifica la figura de un hombre de pie, en posición frontal, cabeza girada ligeramente hacia su izquierda, con el torso desnudo marcando su musculatura en actitud vigorosa, apoya sus grandes manos en un pico, herramienta de trabajo que descansa en el suelo junto a sus piernas firmes y separadas, con los pies descalzos ligeramente abiertos. Porta boina sobre su cabeza y pantalones de faena como única vestimenta.

Se trata de una escultura de bulto redondo, realizada en escayola con pátina imitando el bronce, realizada con pintura oleosa, pigmentos y cera. Es un vaciado de un moldeado previo, posteriormente retallado en parte para ajustar los volúmenes. La escultura fue restaurada en 2015 por la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Comunidad de Madrid.

Julio Calleja, zamorano nacido en 1903, comenzó su formación en 1917 cuando ingresó en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid y en 1924 mediante oposición en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Allí aprendió con Mateo Inurria y Miguel Blay, entre otros maestros. Poco después, fue pensionado por la Diputación Provincial de Zamora, ingresando en 1927 como mozo archivero en la antigua Compañía del Norte. Durante la guerra civil, en mayo de 1937, fue destinado por su Comité Ferroviario a picar piedra en Mejorada del Campo, para la construcción del legendario “Tren de los Cien Días” (Torrejón-Tarancón), pero poco después le asignaron plaza como profesor de dibujo en las republicanas “Milicias de la Cultura”. Terminada la contienda, en 1941, pasó a formar parte de la recién creada RENFE y en 1956, siendo oficial de oficina en la Comisaría de Información y Relaciones Públicas, le ofrecieron pasar al Servicio de Ornamentación para decorar los grandes despachos comerciales, stands y oficinas de RENFE, lo que le permitió dedicarse plenamente a su vocación hasta su jubilación en 1971 con la categoría de agregado técnico.

Perteneció a la Asociación Española de Pintores y Escultores (AEPE), obteniendo diversos reconocimientos y premios como el “Palillo de Oro” del Salón Cano (1968), la Medalla “Mateo Inurria” (1969) y otros galardones en el Salón de Otoño. Sus exposiciones por galerías madrileñas y de provincias recibieron el aplauso de la crítica.